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Un buen comunicador debe desarrollar constantemente sus habilidades de neuro oratoria por medio de técnicas y prácticas con diferentes herramientas.

¿Para qué debemos desarrollar constantemente nuestra habilidad para hablar y comunicar en público?

Para impactar e influir de mejor manera, reforzando la autoconfianza, marca personal y conseguir una evolución profesional.

Un buen orador sabe qué decir y más que nada cómo decirlo, para ello Aristóteles planteaba que para lograr discursos memorables se debe contar con “ethos” (Credibilidad), “logos” (Hechos) y “Pathos” (Emociones).

La oratoria nunca ha sido sobre lo que decimos, sino sobre cómo lo decimos.

El 93% de lo que comunicamos corresponde a acciones no verbales como gestos, señales y efectos vocales y solo el 7% corresponde a las palabras como tales[1].

REGLA 55-38-7

55% es lenguaje corporal.

38% corresponde al manejo de la voz

7% de la comunicación se basa en palabras.

Inclusive en conversaciones personales, tan solo el 35% de la comunicación se atribuye al efecto verbal.

El impacto de un buen orador no depende de su inteligencia, sino de su preparación.

Neuro Oratoria Formación Gerencial

El término “comunicación” viene del latín “comunicare”, que significa “compartir algo, socializarlo, hacerlo común”. Esto es parte esencial de nuestro proceso de interacción y evolución social al asimilar nuevos elementos, conceptos y contenidos como personas, grupos y sociedades.

Por lo tanto, es vital contar con la habilidad básica de lograr transmitir información correctamente. O, dicho de otra forma, si no sabemos comunicar, no podemos aportar o ser parte de la sociedad de forma eficiente.

Lee el artículo: ORATORIA PARA ENTORNOS VIRTUALES

TRES ELEMENTOS CLAVE EN NEURO ORATORIA

La neuro oratoria nace aplicando principios de comunicación neolingüística, actuación, influencia y persuasión a la comunicación tradicional. Se busca que el mensaje y el medio sean idóneos en su uso y selección para maximizar el impacto en receptores, explotando tres elementos esenciales en escena:

  • El cuerpo y la gestualidad.
  • La emoción y los sentimientos.
  • El lenguaje con su tono, estilo, silencios, personalidad y confianza.

Los tres elementos crean un conjunto integrado de lenguaje “para verbal”, que es finalmente lo que logramos transmitir en un todo.

Conoce más sobre el poder de la neuro oratoria y cómo dominarla en nuestros siguientes artículos:

Juan Pablo Del Alcázar Ponce

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