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El reconocer los buenos resultados es reconocer la capacidad del talento que está dirigiendo a las compañías más exitosas de Ecuador. Y esto no es algo menor.

El nivel o estado digital del país es algo que continúa en desarrollo, manteniendo un crecimiento interesante. Sin embargo, todavía es algo muy retador.

Este reto está siendo asumido por ustedes. Con el objetivo de poder elevar realmente al nivel de madurez de la empresa ecuatoriana y el nivel de salud económica de nuestras organizaciones. Y de esa forma, llevándolo a un nivel competitivo que supere las fronteras del propio país.

Esta es la gran invitación que realizo. Nosotros, quienes trabajamos en marketing, trabajamos no solo en conseguir clientes, sino también en retenerlos. En generar experiencias, en lograr incrementar el valor de nuestras marcas. Esto, para que realmente podamos sobrevivir dentro del entorno competitivo y el contexto tan complejo que estamos enfrentando y que muestra retos cada vez más fuertes.

Esto demanda que a través de nuestras capacidades y con una predisposición a ser cada vez mejores, logremos resultados que superen nuestro potencial actual.

Empresas internacionales ya toman a Ecuador como mercado de prueba y testeo de productos y conceptos, mostrando el valor de la diversidad, comportamiento de consumo extrapolable a otras geografías y la riqueza de la complejidad de nuestra posición.

Nosotros somos quienes estamos desarrollando la capacidad del consumidor ecuatoriano, podemos y debemos marcar la diferencia.

Cuando hablamos de enumerar factores que impulsan el cambio y responsabilidad sobre lo que hacemos en marketing, es complejo definir 5 o 10 o 20 idóneos.

Una visión al futuro digital

El enfocarnos en tendencias no es suficiente. Debemos partir analizando de forma introspectiva y asignando la seriedad que corresponde, al análisis de nuestros factores distintivos de hoy, que marcan a nuestras organizaciones, logrando diferenciarnos, habilitando nuestra evolución y capacidad no solo de adaptación, sino de liderazgo.

Esto demanda contar con una visión que va más allá de lo que se está haciendo y seguirlo haciendo. Planteando un nuevo reto ante la distancia entre lo que hacemos, lo que podemos hacer y técnicamente lo que debemos hacer como parte de la sociedad y no solo de un mercado.

Es necesario que reflexionemos sobre lo que estamos aportando o restando como marcas a la mejora social, a la mejora de nuestros propios colaboradores y su talento. Después de todo, son ellos quienes hacen y construyen lo que nosotros somos podremos llegar a ser.

Quienes no cuentan con un propósito, realmente están en problemas, porque demuestran que no tienen la claridad estratégica que necesitan como marcas.

Filosofía centrada en el cliente

Nuestra responsabilidad como directivos de marketing es crear valor para la marca, para generar una supervivencia y capacidad de liderazgo en los próximos años. Ahí nuestros retos son algunos, siendo el primero el de comprender que el marketing va más allá de la responsabilidad del departamento de marketing.

Si no existe una filosofía centrada en el cliente, en la generación de valor para la sociedad, para el personal y todos los grupos de influencia que impactamos, tenemos problemas.

Un departamento de marketing no puede cambiar de manera independiente al propósito y a la estrategia empresarial. Debe ser una gestión impulsada y auspiciada por la alta dirección, junta de accionistas y todos quienes toman decisiones dentro de nuestra organización.

Necesitamos hacer del marketing parte de la filosofía y cultura de la empresa si queremos que la historia más importante que se cuente de nosotros sea el impacto que generamos en la mejora de la vida de las personas y nos recomienden.

El segundo factor es la necesidad de repensar con quién estamos trabajando, cuestionando si contamos realmente con el mejor talento, siendo el “mejor” el idóneo para alcanzar los resultados capitalizables que debemos lograr en cada etapa de nuestra gestión.

Si no trabajamos con los mejores, simplemente no podemos esperar obtener los mejores resultados.

Esto altera nuestra estrategia de captación, actualización, desarrollo, expansión y desvinculación de talento, incluyendo políticas y proceso de gestión con personal junior y senior.

Tendremos que planificar el proceso para dejar ir al talento que ya no puede aportar lo que podía aportar a nuestra organización si no somos capaces de adaptarlo y desarrollarlo, conociendo los costos que esto implica.

Son decisiones duras, pero necesarias. Diseñemos la forma en que vamos a hacer mejores desde nuestras personas, con evidencia, con impacto, con acción en nuestro día a día.

Big Data: El oro de la era digital

El siguiente factor, el uso de los datos. Estamos en una era inédita, nunca hemos tenido acceso a tanta información. A tantas herramientas, a tal velocidad de procesamiento de información, a tanta inteligencia potencial en el mundo digital.

Pese a que ni siquiera estamos abordando a profundidad los escenarios y oportunidades en torno al 5G, a la Web 3, las finanzas descentralizadas, las organizaciones autónomas, contratos inteligentes y más servicios y funcionalidades sobre blockchain y otras alternativas que continuarán construyéndose en el tiempo.

Con lo que tenemos hoy, se están construyendo nuevos modelos de negocio que impactan más allá de nuestra capacidad de gestión y entendimiento actual. Sin embargo, dependen de lo que hacemos hoy para transformarnos mañana.

Decidamos liderar este proceso de innovación y seamos parte activa de la construcción del futuro de la sociedad impulsada por personas, datos y tecnología.

Desde el liderazgo podemos convertirnos en marcas que aprenden, que mejoran, que rejuvenecen con el tiempo. Esta invitación nos abre las puertas para ser marcas “Benjamin Button” (Analogía de la película de 2008 de Scott Fitzgerard, donde el personaje de la película nace viejo y mientras pasaban los días, los meses y los años, se iba haciendo más joven).

Dejemos de perder capacidad de acción y mejora con cada día que pasa, desarrollemos la visión y cultura que nos permita construir constantemente las capacidades para convertirnos en marcas que se vuelvan más jóvenes, más fuertes, más competitivas, más relevantes.

Logremos que cada vez que interactuemos con un cliente, con un distribuidor, con el responsable de un canal, con cada evaluación de una interacción de servicio, escucha o contacto con clientes, seamos algo mejores, hayamos aprendido algo, mejoremos como organización, como equipo, como personas, como sistema.

El trabajo del futuro

Si no estamos aprendiendo algo cada día, no estamos ejecutando bien la analítica, si no aprendemos algo es porque hay un problema en nuestros procesos, si no estamos aprendiendo nada es que porque puede existir un problema de talento, si el talento tiene un problema, puede haber un problema de dirección, si hay un problema de dirección, hay un problema de estrategia, si hay un problema estrategia, hay un problema de objetivos, y, por tanto, hay un gran problema de la razón propia de ser de la empresa y de la marca y en consecuencia de su propósito.

Utilicemos lo que tenemos para ser mejores nosotros y lograr generar mejores soluciones para nuestro contexto, nuestro país y sociedad que tanto lo necesitamos.

Felicitaciones a las marcas que generan el cambio, elevan el nivel del mercado, mejoran la madurez digital de sus equipos, la madurez digital de la sociedad, de las personas que aprenden algo con cada interacción con su comunicación, productos, servicios y equipos.

Felicitaciones a quienes trabajan en ser realmente los mejores en lo que hacen, generando una solución para sus clientes, para sus grupos de interés y lógicamente para la sociedad.

Evento Ekos Power Digital Brands 2022

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