Más allá del “idealismo” que puede representar el plantear para algunos actores la necesidad imperante de colaboración entre academia, estado, empresa y sociedad, la educación superior y las instituciones que la integran, necesitan evaluar el impacto que están generando y replantear su función y necesidades desde un enfoque centrado en la relevancia y necesidad de su propia existencia.
Como instituciones necesitamos centrar la gestión en el cambio ágil para impulsar mejora, actualización y transformación de la educación.
Sin creación de valor sostenido para la sociedad y sus componentes, la educación superior pierde relevancia es su modelo aislado actual.
¿Cómo los sistemas de educación deben afrontar el desafío de la sociedad del conocimiento?
La desconexión existente entre las necesidades de la sociedad en ámbitos científicos, artísticos, técnicos y humanos con las propuestas de los sistemas de educación superior está causando una pérdida de relevancia, justificación y limitaciones de operación de instituciones de educación superior.
El sistema de educación superior ha representado la base del proceso de creación, difusión y aplicación de conocimiento que requiere la sociedad, siendo su responsabilidad imperante la actualización de su propósito, estructura, metodologías, recursos y función hacia el cumplimiento de su razón de ser, dejando de operar solo como un replicador de teoría pasada y pasando a ser un referente en procesos de innovación, creación de conocimiento, difusión y aplicación del mismo con un enfoque de solución de problemas y necesidades.
La investigación es esencial como eje transversal de la gestión en educación superior, siendo en términos de formación, una base reflexiva que como recurso enfoque su accionar en la innovación e impulso del cambio y mejora de situaciones y contextos, que a través de propuestas logren solución de problemas específicos de relevancia e impacto cuyas áreas se establecen de forma equilibrada y colaborativa entre la propia institución, la academia externa, gobiernos, empresas y sociedad a través de la vinculación local e internacional de actores.
Este principio demanda actualización también en estructuras, organización, vinculación, financiamiento y generación de recursos para la operación propia de instituciones educativas, integrando a laboratorios y áreas especializadas como componentes activos de aulas en las que la educación deja de ocurrir en silos de conocimientos y se convierten en fuentes de actualización y generación del mismo a través de servicios de apoyo para que pueda materializarse.
¿El sistema debería incluir diversas instituciones de educación superior o sólo universidades que realicen investigación?
El sistema debería integrar y no solo incluir actores públicos y privados locales e internacionales a fin de complementar áreas de enfoque y recursos centradas en proyectos prioritarios, urgentes y necesarios. Una institución aislada contará con diversas complejidades y limitaciones en su capacidad y resultados de investigación sin acceso a redes y servicios que la potencien.
El trabajo conjunto, colaborativo y organizado bajo un enfoque ágil y de burocracias reducidas (o ideal inexistentes) entre la academia, gobierno, empresas, fundaciones y sociedad es esencial.
¿Cómo afronta la necesidad de responder a las demandas locales en contextos de internacionalización?
La necesidad se suple a través de equipos enfocados en proyectos locales con colaboración nacional e internacional en caso de ser necesaria en áreas de recursos, financiamiento, investigación, análisis, acceso a fuentes, información, plataformas y laboratorios según el tipo de solución buscada, principalmente en investigación.
Alianzas, integración y colaboración relevante.
En áreas de formación la oportunidad está también en la combinación de factores y recursos que a través de la guía y enfoque local que se genere en el proceso de enseñanza y aprendizaje permitirá alinear conocimientos globales a realidades locales y aplicarlos de manera coherente, aportando al contexto local e internacional de forma simultánea en plataformas y servicios ágiles que eviten repetición de procesos, contenidos y dinámicas y se centren en crear elementos de enseñanza adaptativos y de actualización simplificados.
¿Cuáles son las mejores estrategias para promover la investigación científica y técnica?
Relevancia con evidencia:
Dejar de crear investigación sin propósito o aplicación, enfocando recursos en áreas y proyectos relevantes y de impacto, promoviendo la difusión más allá de canales y plataformas científicas, insertando en el proceso de divulgación a aliados de comunicación en formatos y enfoques atractivos para grupos y audiencias de interés, entregando evidencia de avances, actualización dinámica de investigación e impacto y plataformas avanzadas de acceso a información, investigación y análisis combinado de datos para su uso en áreas complementarias o paralelas.
Reconocimiento y motivación:
– Impulsando a actores internos y externos del conocimiento necesitan contar con reconocimiento intelectual, profesional, personal, académico y económico, además de espacios, herramientas, recursos y plataformas a fin de lograr motivar de manera coherente la generación de valor en red sin dependencia única de reconocimiento por publicaciones o revistas.
Financiamiento:
– Creando proyectos y fuentes de ingresos que permitan captar financiamiento local e internacional para investigación, enseñanza, difusión y vinculación con organizaciones que logren generar recursos para mejorar eficiencia, calidad y aplicación de conocimientos.
Mientras las instituciones no sean parte de solución, creando espacios, ambientes y redes integradas de conocimiento, partiendo de la búsqueda del desarrollo intelectual técnico y humano con soluciones antes que burocracias, menor será la justificación de su existencia meritocrática o abierta ya que su existencia dejará de ser necesaria ante contextos de cambio, emprendimiento e independencia para aprender, colaborar, investigar y crear conocimiento urgente y aplicable.
Juan Pablo Del Alcázar Ponce