Por estos días los profesionales dedicados a temas educativos participamos de reflexiones, más o menos trascendentales, acerca del uso de la tecnología con fines educativos y sobre las posibilidades que se tienen en el mercado de actualizaciones para profesores en estos campos ¿Es un tema de alfabetización tecnológica? ¿Es la agudización de la crisis educativa en términos de prácticas y políticas? ¿Existen posibilidades reales para implementar tecnologías móviles en ambientes de aprendizaje gamificados exitosos? Con respecto a la tecnología un gran punto de bifurcación se ha propuesto desde el juego, dentro de lo que se incluyen los juegos de vídeo además del conjunto de dispositivos móviles que nos permite acceder a ellos.
Para contextualizar, me gustaría acercarme a la idea de ambientes de aprendizaje exitosos, a través de una premisa que me parece muy pertinente para iniciar reflexiones en torno a las necesidades y posibilidades de la educación. Esta es la que propone el investigador Carlos Calvo Muñoz (Calvo, 2013) cuando se refiere a confundir la escuela con la educación, asumiendo que son sinónimos. En este sentido conviene pensar, en ámbitos de la investigación y la innovación educativa, si la crisis que se aborda está en la escuela o en la educación, y claro, ambos son perfectamente validos pero es necesario establece diferencias para analizar y dimensionar las conjeturas.
Por otro lado, el estado del arte de tecnología tiene una muy completa base de datos que involucra “éxitos” y “fracasos”, pero sobre todo, construcciones que apuntan a mejorar procesos y políticas educativas. Desde los primeros niveles hasta los más avanzados, hoy, están permeados por el uso de herramientas tecnológicas. Entonces, surgen preguntas ¿Es conveniente? ¿Qué tan conveniente es? Y etc. Las respuestas varían, pero diferenciar miradas lineales y causales de complejas y circulares hacen gran diferencia.
Estamos, otras vez, en la coyuntura de los sistemas educativos que complementando con Calvo (2013)[1] se concentran entre lo formal y lo no formal, dejando de lado lo informal, que termina siendo lo vital, para niños y jóvenes. Dado esto, los juegos de video y los dispositivos móviles en muchos sistemas y modelos educativos hacen parte de distracciones que alejan al joven de otras prácticas tradicionales de educación, esa es una postura. Por otro lado, estamos los que pensamos que es un error – de los cuales se pueden aprender montones de cosas- distanciar las experiencias de vida cotidiana con las experiencias de vida académica, en lugar de complementarlas en una maraña de experiencias de vida.
La gamificación y el m-learning hacen parte de esos estímulos sin causalidad lineal, lo cual hace parte del fenómeno complejo que llamamos educación. La gamificación, busca aprovechar la empatía que, intuitivamente, los seres humanos desarrollamos por el juego en una importante dimensión, la diversión.

Por otro lado, la gamificación está ligada a la invitación a jugar, no al acto mismo de jugar, sino que por el contrario, navega en la provocación, y en la provocación no hay otra cosa más dinámica y compleja que la mediación pedagógica, que a su vez, es un invitación a disoñar para al profesor.
AUTOR INVITADO: NORMAN MORENO-CÁCERES

Norman Moreno-Cáceres. PhD en Educación. Universidad de la Salle (CR), Magister en Docencia. Universidad de la Salle, Especialista en Matemáticas Aplicadas. Universidad Sergio Arboleda, Licenciado en Física. Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Profesor- investigador del Departamento de Ciencias Básicas de la Fundación Universitaria Panamericana (Unipanamericana) en educación STEM y Robótica y Programación Educativa. He trabajado como coordinador académico de convenios nacionales de “Alfabetización Tecnológica” en regiones urbanas y rurales del territorio colombiano. He sido asesor pedagógico de la secretaria de educación distrital en Bogotá Colombia, en temas de análisis de actualización curricular. Actualmente soy reconocido Investigador y Par Evaluador por el Ministerio Nacional de Ciencia y Tecnología del Gobierno Colombiano.
[1] Calvo, C. (2013). Del mapa escolar al territorio educativo. Disoñando la escuela desde la educación. Santiago de Chile. Nueva Miranda Ediciones.