La inteligencia artificial generativa continúa generando impacto y captando la atención de profesionales de todos los niveles. En lo que va de 2023, se han evidenciado avances que aumentan la productividad y resultados, demandando la generación de adaptación y cambios en el diseño de roles y responsabilidades laborales para competir mejor, con talento aumentado.
Presentamos aquí el video y el resumen de la entrevista realizada a Juan Pablo Del Alcázar Ponce, CEO de Mentinno, de parte de Cindy Hugo, directora de marketing de la Escuela de Empresas de la Universidad San Francisco de Quito, el pasado mes de octubre de 2023.
La Inteligencia Artificial Transformando la Sociedad
Introducción
La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en uno de los temas tecnológicos más comentados y controversiales en la actualidad. Desde la aparición de ChatGPT a finales de 2022, ha surgido un intenso debate sobre la capacidad de la IA para impactar profundamente múltiples ámbitos, desde los negocios y la educación, hasta la vida diaria.
En este artículo analizaremos en profundidad cómo la IA está transformando áreas cruciales como el trabajo, la educación y planteando complejos dilemas éticos. También examinaremos detalladamente algunos casos de implementación en América Latina y abordaremos los principales desafíos que tenemos por delante para un desarrollo verdaderamente responsable de esta poderosa tecnología.
La IA está reconfigurando radicalmente el futuro del trabajo tal como lo conocemos
Sin duda, uno de los frentes que se están viendo más profundamente afectados e impactados por los extraordinarios avances recientes en Inteligencia Artificial es el propio futuro del trabajo tal y como lo hemos concebido hasta ahora.
Durante décadas, la visión predominante entre los expertos era que la automatización mediante IA estaban principalmente enfocadas y tendrían un efecto sustancial solamente en trabajos manuales sumamente repetitivos y predecibles. Es decir, aquellos empleos y tareas laborales que no requieren de un componente intelectual o creativo significativo.
Sin embargo, modelos de IA recientemente desarrollados como DALL-E, AlphaCode y sobre todo ChatGPT han demostrado contundentemente que estas tecnologías también tienen un enorme potencial para replicar, e incluso superar, habilidades cognitivas que tradicionalmente se consideraban patrimonio exclusivo de los humanos, incluyendo tareas creativas e intelectuales de alto nivel.
De acuerdo a un influyente estudio publicado en 2022 por investigadores del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), para el año 2024 la Inteligencia Artificial podría tener la capacidad de automatizar cerca del 40% de todas las tareas laborales a nivel global. Y en cuanto a la sustitución neta de trabajo humano por máquinas y algoritmos, se estima un impacto promedio del 10% en las empresas que adopten IA de forma intensiva.
Aunque a simple vista ese 10% pueda parecer una cifra moderada, en la práctica significaría una disrupción mayúscula con el potencial de transformar radicalmente los modelos operativos en prácticamente todas las industrias y sectores económicos del planeta. Obligando a reinventar desde cero la forma en que se organiza y ejecuta el trabajo en las organizaciones.
Ante este panorama de enorme cambio, que ya está ocurriendo ante nuestros ojos a gran velocidad, diversos expertos recomiendan que en lugar de oponerse o resistir ciegamente a la IA, las empresas deberían tomar una postura proactiva y abrazar esta tecnología.
Los analistas coinciden en que los empleadores tienen el urgente desafío de reentrenar de forma ágil a sus trabajadores dotándolos de las habilidades blandas y humanas ahora requeridas para prosperar en este nuevo entorno laboral dominado por las máquinas inteligentes. Y de esta forma, mantener el invaluable talento humano en el centro de sus operaciones.
Las organizaciones que logren liderar esta indispensable transición de forma visionaria y estratégica, preparando a su personal para el futuro del trabajo, serán las que estén mejor posicionadas y sacarán una enorme ventaja competitiva frente a sus rivales que se muestren demasiado lentos o reticentes en adaptarse a la nueva realidad impuesta por la IA.
Latinoamérica comienza a evidenciar los primeros casos sectoriales de implementación de IA generativa
Aunque ciertamente la IA generativa es aún una tecnología extremadamente nueva y se podría decir que se encuentra en una fase temprana de desarrollo a nivel global, en varios países latinoamericanos ya se están observando con gran interés los primeros casos de aplicaciones en sectores específicos tales como la banca, el comercio minorista y la logística:
- Banca: Algunos de los bancos más importantes de la región han comenzado a desplegar asistentes virtuales potenciados con IA generativa para interactuar y responder consultas de sus clientes a través de canales digitales, en reemplazo al menos parcial de los tradicionales centros de atención telefónica atendidos por humanos.
- Retail: Grandes cadenas latinoamericanas del sector retail y delivery de productos de consumo masivo han empezado a utilizar tecnologías de analítica predictiva basadas en IA para optimizar sus complejas redes de distribución, transporte y anticipar con mayor precisión la demanda y necesidades de abastecimiento de sus inventarios.
- Logística: Algunas de las empresas y cadenas farmacéuticas más grandes a nivel regional han comenzado a implementar soluciones de Inteligencia Artificial para automatizar diversos procesos operativos, logísticos y administrativos en sus enormes centros de distribución, almacenes y tiendas.
Lo realmente destacable de estos primeros casos de aplicación en Latinoamérica es que la mayoría se están enfocando precisamente en mejorar procesos internos que son prácticamente invisibles para el cliente final, pero que sin embargo impactan de forma directa y significativa en los costos operativos y la eficiencia general de las compañías.
Algunos ejemplos son la optimización de las operaciones relacionadas con la logística, las finanzas, la caducidad y gestión óptima de inventarios o la prevención de fraudes. Áreas cruciales que sostienen el funcionamiento interno de las grandes organizaciones pero que permanecen ocultas al consumidor común.
Esto nos demuestra que el verdadero potencial revolucionario de los negocios con Inteligencia Artificial va mucho más allá de aplicaciones externas vistosas, marketineras o de relacionamiento con el cliente final. Y que su capacidad transformadora puede aplicarse incluso a las operaciones centrales que sostienen y permiten el funcionamiento eficiente de las compañías modernas.
Los profundos dilemas y desafíos éticos que plantea esta tecnología disruptiva
Si bien es indiscutible que la IA ofrece un mundo de posibilidades sin precedentes para potenciar las capacidades humanas y resolver problemas apremiantes de la sociedad, también es crucial tener presente que su desarrollo y adopción masiva plantean complejos dilemas éticos y morales que como sociedad tenemos la imperiosa responsabilidad de abordar activa y proactivamente.
Uno de los temas éticos que genera mayor preocupación es la extraordinaria capacidad que ya poseen los modelos de IA generativa de avanzada para crear contenidos totalmente falsos pero extremadamente convincentes y prácticamente indistinguibles de la realidad, suplantando identidades reales o generando de forma autónoma noticias y narrativas ficticias hiperrealistas.
Otro desafío ético fundamental que debemos encarar con urgencia tiene que ver con la reproducción acrítica de los sesgos sociales, los prejuicios, los estereotipos y los patrones discriminatorios que se encuentran presentes en los enormes conjuntos de datos que se utilizan para entrenar y potenciar los algoritmos que impulsan los modernos sistemas de IA.
Si no somos capaces de abordar este tema a tiempo, en lugar de aprovechar constructivamente la tecnología para crear una sociedad más justa e inclusiva, la Inteligencia Artificial podría terminar perpetuando y até exacerbando graves injusticias estructurales que durante tanto tiempo la humanidad ha luchado por superar.
Por ello, junto con desarrollar la formidable capacidad tecnológica de la IA, es igualmente crucial analizar cuidadosa y proactivamente aspectos como quiénes están creando estas soluciones, sobre qué tipo de datos e información se entrenan los modelos y con qué propósitos específicos se los está desarrollando.
La ética de la IA no surge espontáneamente por defecto. Esta depende completamente de la responsabilidad con que los seres humanos diseñemos, desarrollemos y utilicemos estas tecnologías. Y por ello es indispensable fomentar un debate social multidisciplinario para establecer marcos éticos robustos que garanticen que el progreso de la IA permanezca focalizado en potenciar el bien común de la humanidad.
Transformando los modelos educativos mediante herramientas de Inteligencia Artificial
Uno de los campos donde más se está intensificando la controversia y el debate en torno al impacto de la IA es precisamente la educación. Por un lado, la capacidad de modelos como ChatGPT para generar ensayos, reportes y respuestas elaboradas de forma automática sobre casi cualquier tema, ha permitido que muchos estudiantes lo utilicen para hacer trampa, eludiendo realizar un verdadero trabajo intelectual original.
Frente a este panorama, varios expertos en pedagogía recomiendan que los docentes consideren urgentemente reinventar y adaptar creativamente sus métodos de enseñanza y evaluación. Dejando progresivamente de lado las modalidades tradicionales de exámenes memorísticos y escritos, que ahora son mucho más susceptibles de ser resueltos mediante la IA por los propios alumnos.
Y en su lugar, enfocarse en desarrollar las capacidades de pensamiento crítico de los estudiantes mediante estrategias como la evaluación a través de proyectos grupales colaborativos, debates guiados sobre dilemas contemporáneos relevantes y el análisis profundo de casos prácticos complejos. Actividades que resultan mucho más complejas de eludir utilizando únicamente la Inteligencia Artificial.
Asimismo, los extraordinarios avances actuales en modelos de lenguaje natural están permitiendo crear tutores virtuales verdaderamente personalizados y sofisticados, que se adaptan en tiempo real a las necesidades y nivel de comprensión individual de cada estudiante que los utiliza.
Sin embargo, más allá del enorme potencial para reinventar la educación mediante el uso apropiado de la tecnología, es esencial no perder de vista que en última instancia son los propios seres humanos quienes deben validar y determinar críticamente la calidad real de los procesos de enseñanza y del conocimiento provisto por estas máquinas inteligentes. Y así, encontrar el punto de equilibrio adecuado entre la tecnología y el componente único e irremplazable de interacción y aprendizaje profundamente humano.
Conclusión: La tecnología por sí sola no es ni buena ni mala, depende del uso consciente que las personas hagamos de ella
En conclusión, es evidente que la Inteligencia Artificial representa una de las mayores transformaciones tecnológicas de la historia, con el poder de reconfigurar prácticamente todas las dimensiones de nuestra civilización moderna. Pero al mismo tiempo, su adopción acrítica e irreflexiva por parte de la sociedad también plantea enormes riesgos éticos que no debemos ignorar.
Para que esta revolución tecnológica esté verdaderamente al servicio de la humanidad y permita construir un mundo más próspero, inclusivo y justo para todos, será indispensable moldear su desarrollo a través de un intenso y profundo debate de ideas pluralista, multidisciplinario, inclusivo y bien informado.
Los sistemas de Inteligencia Artificial por sí solos no son intrínsecamente ni buenos ni malos: su impacto dependerá por completo del uso consciente, ético, prudente y responsable que cada persona, organización y la sociedad en su conjunto hagamos de estas poderosísimas tecnologías. Todavía tenemos la capacidad de decidir colectivamente hacia qué futuro queremos dirigirnos. El desenlace aún está por escribirse.